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martes, 12 de abril de 2016

PEP, SOLO EN SANTIAGO, CHILE




VISTA DE LA CORDILLERA "LOS ANDES" 

DESDE EL AVIÓN.


La majestuosa cordillera de Los Andes
Dejamos la pesadilla, de Buenos Aires, atrás, afortunadamente para Pep, al final consiguió embarcar rumbo a Santiago.
No podemos olvidar en este relato del viaje al paraíso de la esperanza a los  amigos y compañeros de aventura de Pep:
La familia Vila, con Rosita y Antonio, viajaron en tren a Santiago,  la ruta férrea, pasaba por la Cordillera, y en esos días había nevado muchisimo, algo muy normal para la época, y todas las comunicaciones terrestres se interrumpieron, nuestros amigos pasaron varios días en Mendoza, la ultima ciudad Argentina
 Nos imaginamos que tenían que ser muy resistentes, para soportar el frío, y la deficiente comida conque se autoabastecian. 
El tren cuando salia de Buenos Aires, en esa época no había servicio meteorológico, y el viaje se convertía en una cuestión de suerte, si los pasajeros eran afortunados en dos días estaban en Santiago, si había nieve, pues hasta que se derretía, supongo. 
Aeródromo "Los Cerrillos" Santiago Chile
En aquel tiempo, hay que recordar que las comunicaciones telefónicas, eran casi  milagrosas, aunque los ferrocarriles tenían su propio servicio de telefonía, pero no  habíamos llegado " A el servicio del cliente".

El avión con el que volaba Pep, cuatro motores a hélice, unos 50 pasajeros, y mientras los "ventiladores" giraran todo iba bien o relativa mente bien , porque por razones mecánicas parece que  tuvo que superar el techo habitual de la ruta y  les hicieron poner unos respiradores de goma enchufados al fuselaje del aparato, que además al respirar la bolsa sonaba y se agrandaba, y todo lo contrario en la espiración, y se empezaban a quedarse sordos con dolor de oídos inclusive, todo a la vez, y si tenían animo podían mirar la belleza de las montañas andinas.
La Cordillera tiene una altitud media de 4000 metros y el Aconcagua, la cumbre mayor de la cordillera unos 7000 metros, y el cordón cordillerano pasa por casi todos los países de la cuenca del Pacifico, de Norte a Sur o  de Sur a Norte.
Los Cerrillos, PEP solo
Por fin, una vez mas Pep dice lo mismo, !Por fin¡ el avión  aterriza y mientras tanto pensaba como serian sus tíos, a quien no conocía, solamente por la fotos que de vez en cuanto se enviaban, estaba completamente sordo, se guiaba por lo que hacían los demás pasajeros, retiraban la maleta, él también, y pasaban por un mostrador que habían señores uniformados que debían ser policías, él también, pero mientras tanto miraba con verdadera atención al publico detrás de unos cristales, que hacian señas a sus amigos o familiares, en algún momento pensó que se lo hacian a el, la fila avanzaba, Pep se iba quedando atrás esperando la señal de alguien, seguía sordo, mostró su pasaporte, su carta de invitacion, todo correcto y de repente se encontró, solo, con su maleta de emigrante, en la escalinata del aeropuerto de Cerrillos, SOLO, pasajeros y sus amigos y familiares, se habían marchado.
PEP FONG, ESTABA SOLO, el aeropuerto se iba quedando desierto, y él en la escalinata de entrada y salida, solo.
Pep decidió tomar, seguramente, el único taxi, que quedaba, menos mal que tenia la dirección de la familia, 
el taxista no sabia muy bien la dirección, aunque la calle era bastante céntricas,  varias veces paro para preguntar a unos niños, que yo pensaba que se llamaban Juanito, y Pep, pensaba en este país parece que todos los niños se llaman igual? y como sabia el taxista que se llamaban Juanito, con el tiempo Pep descubrió que el taxista los llamaba "cabritos", que es como se llama a los niños en Chile "cabritos, no Juanito".
Llegamos a la dirección de la familia, toca el timbre y sale  su tía, completamente asombrada, su sobrino estaba en la puerta, abrazos exclamaciones de bien venida, y Pep le pregunta al taxista cuanto costaba la carrera, y le dijo : 100 pesos, Pep saco un billete rojo, era de 100 pesos.
Era Medio día, al poco rato llego mi tío y mi prima, ya estábamos todos, al escuchar mi relato, me dicen que el telegrama, cable, que yo les puse desde Buenos Aires no lo habían recibido, lo cual era cierto porque llego como las siete de la tarde, yo ya estaba en casa

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Santiago, Chile, 2000, al pie de la Cordillera


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